12.7.12

punto de inflexión

Escribo estas líneas aún con la emoción de haber vivido, como testigo presencial, días históricos. El martes de noche asistí a la llegada de la marcha minera a Madrid, con el intenso sentimiento de ver pasar a nombres y rostros que, tras estos días de valiente avance, se han convertido para mí en familiares, caso de los mineros del Pozu Carrio, como Daniel, Alejandro, Cristian, Hilario y otros ya conocidos de hace tiempo, como Conchi o Víctor (de Degaña). Asistí a su llegada como vanguardia de la defensa de los derechos de los trabajadores. Miles de madrileños tomaban las calles en su recorrido hasta Sol. Miles de madrileños, miles de ciudadanos, hartos de la tiranía de los dineros han acompañado en su llegada a esta marcha de la dignidad.

El miércoles, sin duda, marcará un antes y un después en la historia de este país, en el despertar del movimiento ciudadano que se niega a seguir admitiendo los recortes como única salida posible a esta crisis derivada de la avaricia del dinero. Miles y miles de personas, encabezados una vez más por la marcha minera -la de la dignidad- acompañamos las reivindicaciones de los mineros. Y que nadie nos engañe, yo sé bien lo que ví y viví: una manifestación masiva que avanzaba con una actitud claramente pacífica. La gran convocatoria social en apoyo al carbón, organizada por los sindicatos mineros, marcará una fecha imborrable en el calendario de nuestra historia como pueblo... Si lees esto, apunta lo que digo. A partir de estas imborrables fechas, del 10 y 11 de julio, se va a producir el despertar de una sociedad adormecida, callada, silenciosa, que acogía los recortes con la indiferencia de quién cree que no puede hacer nada contra ello.

1962 fue un año histórico para este país. Aquel año los mineros se alzaron contra una dictadura -la franquista- y pronto simbolizaron el despertar de nuestro pueblo adormecido por la pobreza, el hambre y el miedo. 1962 simbolizó el inicio del declive de la dictadura y fue el punto de inflexión para abrir España a la democracia... 2012, cincuenta años después, volvemos a vivir una historia en algo parecida. Es verdad que aquella fue una lucha contra la dictadura política mientras ésta, en realidad, es la lucha contra la dictadura de los mercados. En cualquier caso, los mineros vuelven a ser, una vez más, la vanguardia de la voz social de nuestro pueblo, los que primero se alzan en contra de las injusticias y claman por los cambios. Nuevamente, desde esas jornadas que hemos vivido, la sociedad está alzando la voz y clamando contra las injusticias. Esa ola de entusiasmo la ha vuelto a generar la lucha de los mineros. Y es una ola que ya nada ni nadie podrá parar.

En aquel año de 1962 los medios trataron de ocultar la realidad. Los gobernantes se burlaban de los mineros, presentándolos como unos bárbaros y violentos que, en cualquier caso, no dejaban de ser una minoría sin posibilidades de influir ni cambiar la opinión pública. Y fue todo lo contrario. Los mineros fueron vanguardia -y eso que no existía internet ni las redes sociales para informar de lo que otros tratan de ocultar-.

Apuntadlo bien en el calendario. Estamos viviendo un momento histórico, un nuevo punto de inflexión. Aquellos que hoy se burlan de los mineros y sus sindicatos, de su marcha de la dignidad, de sus encierros en los pozos –como el Candín y Santiago-, aquellos que piensan que el agotamiento acabará con su lucha, no han sido capaces de entender que estamos en el vértice de la ola y que afrontamos un tiempo inevitable de cambios. Si son lo suficientemente inteligentes, dejarán sus burlas y tratarán de reconducir la situación. Si son todo lo prepotentes que alguno parece, se darán cuenta demasiado tarde que la realidad ha empezado a cambiar…

Tiempo al tiempo.