El 30
de septiembre –es decir, hoy- cumplo
años. No, no me refiero a años físicos, ya que nací un 4 de enero, pero sí que
cumplo años políticos. El 30 de
septiembre de 2008 fui elegido por el Pleno del Ayuntamiento de Laviana nuevo
alcalde de Laviana. Asumía la alcaldía tras la renuncia del alcalde
anterior, Marcia Barreñada, al que me une el cariño y amistad y al que siempre
agradeceré su apoyo –y el de mi partido, el PSOE- a la hora de aceptar este
reto.
Cinco
años que coinciden con períodos intensos de la vida de nuestro país y también, de
la mía propia. En lo personal, porque se han ido personas fundamentales de mi
vida –mi güelu Tito - pero también acaban de llegar otras, como mi sobrina
Cayetana. En lo político, con una crisis
económica sin precedentes que se ha dejado sentir con especial fuerza tanto en
nuestro concejo, dónde hay más de mil trescientas personas en paro como en
el propio Ayuntamiento, dónde hemos visto descensos drásticos de nuestros
ingresos. Crisis económica que es ya una crisis política y social, la más grave
desde la reinstauración de la
Democracia.
Estos han sido cinco años de cambios. Cambios físicos para Laviana –permitidme
que hagamos repaso a algunos de estos cambios: la Casa de Cultura de Pola, la Avenida con el traslado
del quiosco de la música, las piscinas al aire libre, la reforma de Fontoria y
de la calle Langreo, mejoras en Barredos, con su nuevo parque a la cabeza, las
aceras a Tiraña, el Centro Social de Tolivia, reforma integral de unas treinta
carreteras de acceso a pueblos, obras de mejora del saneamiento en un buen número
de núcleos rurales y muchas más, que hacen imposible seguir con esta enumeración…-.
Cambios también en lo económico, con una restricción del gasto municipal sin
precedentes, con la búsqueda del equilibrio en nuestras cuentas y con una
intervención de los Ayuntamientos por parte del Gobierno de España, que nos
limita mucho el margen de maniobra. Y cambios también en lo que hacemos, no sólo
cambios físicos, sino en la forma de Gobernar, con el uso de las nuevas
tecnologías, con la potenciación de la cultura, de la participación ciudadana,
de generar red social y trabajo conjunto entre asociaciones y colectivos.
Años de cambios. Muchos cambios. Años de
aciertos y de errores. Años de ilusión, mucha ilusión. Este “cumpleaños” me sirve
para renovar, una vez más, mi compromiso con Laviana. Son cinco años que he
intentado dar lo mejor de mí desde la alcaldía de Laviana, siguiendo la estela
que marcaron alcaldes anteriores, lista que arranca con Pablo García, primer alcalde democrático de Laviana y al que yo
llamo maestro.
Quiero, como no, agradecer el apoyo que
siempre me da la ciudadanía del concejo, apoyo que siento, que palpo, que se
traslada en saludos, sonrisas y abrazos. En palabras de ánimo. Pero también quiero pedir perdón, de corazón, por los
errores que pude cometer en estos años y por los errores que vendrán. Soy
humano y mi humanidad hace que cometa errores, que no siempre acierte en mi
labor. Pero siempre que me he dado cuenta de mis errores, he intentado enmendarlos
y corregirlos. Porque nada hay más necio que creerse uno mismo que no comete
errores. Y tengo que pedir perdón de forma especial a las personas que me acompañan en esta labor, pues ellos son los primeros que tratan de ayudarme a darme cuenta de mis errores y sobre todo, me animan a corregirlos. A los amigos que lo son de verdad y que en los peores momentos me sostienen y me animan a seguir adelante y que hacen que la amistad no sea una palabra hueca o vacía de contenido, sino una de las más importantes de mi vida. Gracias y perdón, son dos palabras que van así indisolublemente unidas.
En
resumen, al cumplir cinco años como alcalde quiero renovar, de corazón, mi
compromiso con Laviana. Haciendo balance de lo hecho, compartiendo los
aciertos, asumiendo los errores y, sobre todo, reiterando la gratitud a este
pueblo sin igual que me ha demostrado no una, sino muchas veces, su confianza.
Hoy y
siempre hago mío un lema que resume el espíritu que anima el ejercicio de mis
funciones como alcalde: Laviana, lo que
nos une. Lo creo de corazón, nos une Laviana y mi obligación como alcalde
es hacer que esa unión se haga más fuerte y nos lleve a adentrarnos por el
camino del mañana.
De corazón, ¡gracias!