Si uno dice "Suresnes" en el PSOE, pocos serán los que no sepan a que te refieres. Cuando uno dice "Suresnes" no habla de la ciudad colindante a París -que también- sino de un congreso del Partido Socialista, el último en las tierras del exilio, que significó un antes y un después en la historia socialista y, también, en la historia de España. El congreso de Suresnes, de cuya celebración se cumplen 40 años en el mes de octubre, significó un cambio radical en la evolución histórica del PSOE, la elección de una nueva generación dirigente -la de Felipe González y Alfonso Guerra, entre otros- y sobre todo, la recuperación del partido como clara alternativa para el futuro de España. Una España, no lo olvidemos, que aún vivía bajo la garra del tirano...
¿Por qué me acuerdo hoy de Suresnes?
La mayoría sabéis quién es Pablo García. No sólo es el actual Presidente de la FSA-PSOE, ni sólo el primer alcalde de Laviana en el nuevo período democrático, ni tampoco solo el histórico socialista, íntimo amigo de Ramón Rubial que compartió con él cerca de veinte años de escaño en el Senado. Pablo es, para el Socialismo, la conexión viva con nuestra historia, nuestra mayor referencia ética y para muchos de nosotros y nosotras, nuestro maestro. Muchos sabéis que a mí me encanta hablar con él, pasarme horas a su lado escuchando, debatiendo y aprendiendo. Pues hoy, en una conversación que tuvimos en la familiar biblioteca de la Casa del Pueblo de Pola de Laviana, Pablo me decía: "estos días vivimos, la votación para elegir el nuevo secretario general, el congreso extraordinario, los debates entre compañeros, la situación crítica que vivimos, todo, todo ello, me lleva a recordar los preparativos y el desarrollo del Congreso de Suresnes, del que yo participé como delegado en 1974. Tengo la misma sensación de que estamos viviendo un momento histórico como aquel". Su reflexión me emocionó y, al mismo tiempo, me hizo ver la realidad de las cosas.
Es cierto, salvando las distancias del tiempo y el espacio, el congreso del PSOE que viviremos el próximo fin de semana en Madrid es un congreso para un tiempo nuevo, en el que habrá que adaptarlo y renovalor todo. No sólo hemos cambiado nuestra forma de elegir a nuestro Secretario General -tres magníficos candidatos y un Secretario General elegido directamente por la militancia socialista- sino también hemos de renovar nuestra comisión ejecutiva. Pero aún hay más. Con eso no basta. Hay que someter a la estructura orgánica de nuestro partido a una profunda revisión, adaptarla al nuevo tiempo, cambiando nuestros modos de comportarnos para recoger el empuje de una sociedad que ha demostrado sabe y quiere participar. Ya nada será igual tras el próximo Congreso. Aquel grito de "o cambiamos, o nos cambian" se ha hecho realidad. Tenemos que cambiar. Hay que hacerlo. De lo contrario, el PSOE caminaría, lento pero inexorablemente, hacia la irrelevancia política y hacia el fin de su historia... Pero como no queremos eso, como creémos que el PSOE es un arma fundamental para la transformación de la sociedad, para cambiar las cosas, estamos cambiando. Nuevos modos, nuevas formas de organizarlos y trabajar. Ya no vale decir "siempre ha sido así". El tiempo del "siempre ha sido así" ha cambiado.
Escuchar a un joven socialista como Pablo García, que con sus 80 años a cuestas, nos habla de "hay que cambiar, tenéis y tenemos que cambiar" emociona. No quiere conservar lo que ya hay, lo que tenemos... quiere ser ambicioso y mirar al mañana con hambre de futuro. Con deseo de servir, de ser útiles, de escuchar y de actuar. Lo dice con la misma mirada llena de pasión y de amor a este Partido, con la que lo dijo aquel año de 1974 cuando fue uno de los 4 delegados asturianos que participaron en aquel transcendental congreso para la historia de nuestro Partido y de España.
¿estaremos camino de un nuevo Suresnes? Tiempo al tiempo. Por lo pronto, tengo el honor y la enorme responsabilidad de ser uno de los 45 delegados y delegadas asturianos que participarán en este congreso. Yo espero y deseo que no sea un congreso más, sino uno de esos de los que se sigue hablando mucho tiempo después, que marcaron un punto y aparte en la historia de nuestro proyecto político.
La respuesta no la tengo yo, la tenemos todos. Más aún: la verdadera respuesta la tiene la sociedad española. Si cambiamos y recuperamos la credibilidad, si la coherencia vuelve a ser nuestra forma de actuar, si volvemos a ser creibles, si configuramos un proyecto claro y nítido, no de retales, sino con una visión de conjunto, podremos recuperar la confianza electoral perdida. Pero no vale recuperarla porque somos menos malos o para quitar el gobierno a la derecha. Tenemos que recuperarla porque somos un proyecto político mejor para España, porque construimos el proyecto que España necesita.
Así ha sido nuestra historia. Desde nuestro fundador Pablo Iglesias, pasando por nuestros militantes y dirigentes históricos, hasta llegar a este nuevo presente que encarna, porque así lo quisimos los militantes, nuestro nuevo Secretario General del PSOE Pedro Sánchez. Lo hemos sido y lo seremos.
Es tiempo de cambios.
22.7.14
alto y claro
Vamos a empezar por el principio.
Por si algunas personas no se han dado cuenta, el orden de los palitos para
decir el siglo en que estamos es el siguiente: X X I. O sea, 21, estamos en el
siglo 21. No en el siglo X I X (19). Alguno pensará que el sol –bueno, el poco que hemos
tenido estos días- me ha afectado a las neuronas. No, no. Tranquilos.
Esto que digo va unido a lo
siguiente. Hace unos días, en la plaza del Ayuntamiento de Laviana, izamos la
bandera arco iris –la que simboliza la lucha por los derechos del colectivo
gay, LGTB para ser más correctos-. Pues bien, no parece que ello de lugar a
muchos más comentarios. Que un Ayuntamiento, en colaboración con una asociación
–ASINA LGTBH, que trabaja en el Valle del Nalón- ize una bandera que simboliza un
montón de cosas buenas, no debería tener más que repercusiones positivas.
Pero oye, que va a ser que no.
Primero me llegaron rumores. Luego, alguno se lanzó a hacer la gracia en las
redes sociales, en plan…¿qué pinta esto aquí? Y comentarios aún más lamentables
que no voy a reproducir, porque claro, tampoco lo merecen. Eso sí, cosas de una
minoría.
Pues bien, vamos a ver si este
alcalde, transformado en humilde plum
illa, deja las cosas claras no, claritas.
Lo voy a decir alto y claro. Esa bandera, la arco iris, está ahí, en el balcón
del Ayuntamiento, porque yo así lo decidí. Y también se que tengo el apoyo de
otras fuerzas políticas para hacerlo así. Y está, porque simboliza algo muy
grande: que quiero y queremos que Laviana sea un concejo libre de homofobia, es
decir, en el que nadie por su orientación sexual tenga que sufrir desprecios. A
ver si alguno/a se entera. La homosexualidad NO es una enfermedad. La
homofobia, sí…
¿quedó claro?
artículo publicado en La Cuenca del Nalón, el mes de julio de 2014
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