Si algo creo haber demostrado desde que soy Alcalde es mi intención, siempre, de decir las cosas claras.
Huyo de decir hoy uno y mañana otro y huyo, también, de los que hacen eso.
Precisamente, para poner las cosas claras, he celebrado en el día de hoy una rueda de prensa en la que explico la realidad de las cosas.
Lo cierto es que vivimos tiempos muy complicados. El presupuesto del Ayuntamiento de Laviana, como el de la mayoría de concejos, se nutre de tres partidas fundamentales: transferencias del Estado; transferencias del Principado de Asturias (en base a nuestros propios tributos) e impuestos y tasas de construcción. Pues bien, en dos años, el Ayuntamiento de Laviana por esas tres partidas ha pasado de ingresar de 5,2 millones de euros a menos de 4. Significa que sólo en esos tres conceptos, Laviana va a recibir 1,2 millones menos de ingresos (o lo que es lo mismo, 200 millones de las antiguas pesetas).
Por el lado de los gastos, Laviana ha puesto en marcha equipamientos, en los últimos años, que suponen un mayor nivel de gastos: CIDAN, piscina climatizada, Casa de Cultura, Centro de Palacio Valdés, Centro Social de Barredos, parque de Barredos, piscinas al aire libre... Mantener esos servicios tiene su coste. Ésa es la realidad.
Pero no basta sólo con quejarse o analizar la realidad. Hay que dar soluciones. Mi obligación como Alcalde es esa. Algunas medidas a aplicar o que se han empezado a aplicar son:
1.- Proclamarnos en situación de economía de guerra. A partir de ahora, cualquier gasto, deberá ser debatido y aprobado por la Junta de Gobierno Local.
2.- Política de reducción de gasto corriente. Por ejemplo, en gasto en luz pública. En el nuevo Plan E invertimos un millón de euros en renovar nuestra red de luminarias, con introducción de LED, que nos permitirá ahorrar en torno a 100.000 euros anuales (ésa es la previsión).
3.- Cambios en la gestión de los departamentos municipales. Por ejemplo, con la creación de un Departamento de Servicios a los Ciudadanos (y vaya si se notan los cambios, mirad el estado de los jardines, la poda de todos los árboles de la general o la limpieza de las farolas), organizando mejor los servicios y a menor coste. Además se establece un control total y absoluto de las horas extraordinarias municipales.
4.- Política fiscal. Cuando en septiembre del 2009 se aprobaron las ordenanzas fiscales, Laviana fue uno de los pocos municipios que no las congeló. Gracias a ello participamos en el Plan A, que nos permite inversiones como el arreglo de la plaza de El Condao, la reparación de la calle Langreo o de la pista deportiva del Colegio "Elena Sáncher Tamargo".
5.- Control de gastos. Me pregunta mucha gente si en Laviana se aplicarán las medidas del Decreto-Ley del Gobierno de España, en concreto la rebaja de un 5% de media las retribuciones de los trabajadores municipales. La respuesta es: SI. Se trata de una norma de obligado cumplimiento y aquí también se aplicará. Ahora, por coherencia y teniendo en cuenta la situación económica municipal, propondré al Pleno una rebaja de mi sueldo. Pasaré de cobrar 47.000 euros brutos anuales a 40.000 (un 15% menos) o lo que es lo mismo, a cobrar neto al mes, de algo más de 2300 euros a en torno 2000.
Quiero recordar que el problema de Laviana es el dinero que tenemos que dedicar al gasto corriente. Dinero para inversiones, por suerte, tenemos, gracias a los Planes Zapatero, al Plan Asturias o a las Fondos Mineros. En concreto, desde que yo accedí a la Alcaldía, se han invertido en Laviana 12,6 millones de euros (unos 2100 millones de las antiguas pesetas). Una inversión histórica en nuestro concejo. El problema está en el gasto corriente y, sobre todo, en que dejamos de ingresar esos 1,2 millones de euros. A modo de ejemplo, sería como si una persona, en dos años, pasara de cobrar 1000 euros a sólo 750. Creo que todos somos conscientes de la situación. No podemos confundir dinero para inversiones -que viene para eso, para invertir en obras- del dinero que se puede dedicar para gasto corriente. Y es ése dinero, el del gasto corriente, el que nos falta.
Ahora quiero decir tres cosas:
La primera, que yo no me rindo. Ante los momentos difíciles es cuando me tengo que crecer.
La segunda, que podemos salir adelante. Y para eso pido a todos que arrimemos el hombro en la misma dirección. Los que estamos en el Gobierno Local y la oposición.
La tercera, que mi compromiso personal y político es liderar el control del gasto y también la recuperación económica municipal.
Las cosas, definitivamente, están claras.