21.2.13

reivindicando la comunidad

Vivimos en un mundo en el que se habla mucho del "yo" y muy poco del "nosotros". Los avances de las últimas décadas nos han llevado, sin embargo, a un retroceso sin precedentes: la pérdida del espíritu de lo común, del ser grupo, del ser nosotros y nosotras... Hemos dado tantas alas al indivualismo que lo colectivo se ha quedado arrinconado, en una esquina de la historia, sin posibilidad a emerger. Lo individual prima sobre lo colectivo. Nos preocupa única y exclusivamente lo que nos pase a cada uno de nosotros -y todo lo más, lo que les pase a los más cercanos a cada uno de nosotros-. Hemos perdido la capacidad de ver más allá de nuestro propio dolor y sentir también dolor por nuestros semejantes. Hemos perdido, en fin, los rasgos más característicos del ser humano: nuestra propia humanidad.

Ya sé que algunos dirán o diréis que esa es mi visión de las cosas o que se trata de un pensamiento subjetivo. Puede ser. Por desgracia yo, que no soy nada pesimista -y que he luchado siempre contra aquellas personas que sólo saben hacer reivindicación de lo negativo, sin una aportación positiva- creo que no puedo negar la realidad de las cosas que veo y vivo. Que vemos y vivimos cada uno de nosotros.

Nuestra sociedad está enferma. Y su enfermedad se llama individualismo. Y detectada la enfermedad, localizada ésta, es el momento de actuar, de tratar de ponerle cura. De buscar el remedio.

Y para darle un remedio a esta enfermedad sólo tenemos un camino: reivindicar el espíritu comunitario. Reivindicar el "ser comunidad". Es decir, no ser una agrupación de individuos sin más sino reconocer que, por debajo de todo ello, fluye algo común: nuestra humanidad. Hoy hago así una reivindicación del bien común, del humanismo, del compartir el dolor de los demás. Y para ello, el mejor instrumento que tenemos es ser apostoles de este cambio en nuestras propias vidas... Este planteamiento, esta vuelta al espíritu comunitario, esta lucha contra el individualismo, no da popularidad. De ello estoy seguro. Pero no dando popularidad, es la única manera de dar futuro. De dar futuro a una sociedad que o se encuentra así misma, o reivindica lo común, o acabará disolviéndose por el egoismo de los intereses estrictamente personales.

Así lo veo. Y sé, estoy seguro, que así lo vemos muchos. Es necesario dejar de lado tanta preocupación indivual, tanto "¿qué hay de lo mío?" y empezar a pensar, de nuevo, en: ¿qué hay de lo de todos?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bien escrito... Se entiende perfectamente.
El egoismo, la soberbia del Yo hace que olvidemos de lo de todos y algu@s se centren el mio...

Anónimo dijo...

Ser partidario del individuo antes que del sistema, es decir, liberal, no conlleva en absoluto ni egoismo, ni soberbia ni nada negativo. Entiendo que la izquierda ataque furiosamente las libertades individuales y que se ponga nerviosa ante las nuevas tecnologías, y lo entiendo porque siempre ha actuado igual: grupos de ovejas teledirigidas, igualitarismo social, económico, académico, etc. Pero creo que, afortunadamente, la izquierda está perdiendo la batalla y que cada vez son mas las personas que piensan por si mismas, que no pertenecen a partidos, ni agrupaciones, ni asociaciones ni colectivos de ninguna clase. Personas que creen en el individuo y que consideran sagrada la libertad individual frente a la tiranía de los partidos politicos. Y repito, nada tiene que ver el individualismo con el egoismo, aunque la izquierda, en su táctica de primar los grupos teledirigidos frente a la persona, repita constantemente lo contrario.

Manuel Angel

Adrián Barbón dijo...

Manuel Ángel, menudo cacao te traes... Te recomendaría que leyeras varios pasajes de la Biblia (lees bien, la Biblia) o varias encíclicas papales dónde se apela siempre al valor de la comunidad y a huir del mayor pecado que es el individualismo... Confundir Libertad con individualismo es no tener idea de nada. Y no es una apelación ésta que haga la izquierda política, sindical o social, sino el Cristianismo desde sus mismos orígenes. Lamento ver que no has entendido absolutamente nada y lamento, claro está, que tú y yo estemos en las antípodas. Tú crees que el individualismo es bueno. Yo creo que lo que es bueno es recuperar el espíritu de comunidad, reivindicando el humanismo y construir una sociedad más justa.

Adrián Barbón dijo...

Por sí antes no me explique correctamente, el considerar el individualismo como un mal que amenaza el futuro de nuestra sociedad no es exclusivo de la izquierda política o social sino también del sentimiento religioso y un buen ejemplo lo encuentras en el Cristianismo.