Contra estos datos ya no valen más declaraciones. El PSOE ha vuelto a obtener la confianza de la ciudadanía y Ovidio Sánchez debe afrontar que ni a la tercera ha sido capaz de convencer a los asturianos.
Es tiempo de que el PP de Asturias se plantee qué ha hecho mal. Que analice con calma los resultados y vea que tiene que hacer para renovar la oferta electoral de su Partido. Y como no, para buscar nuevos líderes.
Pero ojo. No digo que eso es tarea únicamente del PP. El PSOE tiene territorios -el más sangrante, Madrid- en el que tiene que actuar de la misma forma. Los cambios, a buen seguro, se afrontarán en los próximos congresos de ambos partidos.
Y es que si los Partidos quieren seguir siendo útiles a la sociedad necesitan, sobre todo, responder a las demandas de la ciudadanía.
Un último apunte. Los ciudadanos son mucho más inteligentes de lo que algunos piensan. El PP de Asturias prometió el oro y el moro -¡y la luna!-. Y frente a ello el programa socialista era real, con los pies en la tierra. La conclusión la ha dado el voto: la gente ha apostado por el realismo, por la credibilidad. Y es algo que algunos deberían de tener en cuenta para futuras ocasiones.