Javier Fernández, Secretario General de los socialistas asturianos, es alguien que se caracteriza por tener firmes convicciones y por llamar a las cosas por su nombre. Ayer aprovechó la reunión del máximo órgano entre congresos de los socialistas de Asturias -el Comité Autonómico- para hablar alto y claro de la crisis económica. De hecho, no puedo negar que el Comité se centró, casi y exclusivamente, en la necesaria gestión de la crisis económica. En su informe político ante el pleno del Comité, Javier dijo cosas como éstas: "Estamos en una crisis larga, profunda y dolorosa. Y hay que decirlo. Provocada fundamentalmente porque la economía, durante los últimos 25 años, no ha sido considerada como un medio para tener más calidad de vida y avanzar en el progreso, ha sido considerada un fin en sí mismo. [...] Estamos en una crisis de valores que luego muta, porque la economía considerada así es muy peligrosa, y nada controlable. Y esa crisis de valores pasó a ser financiera, y ahora está tocando de lleno a la economía productiva. Y toda nuestra preocupación debe ser que no se convierta en una crisis social.Para ello hay que actuar en dos direcciones: en el empleo y con los desempleados. Con el empleo, partiendo de que una recesión así es producida por un problema de demanda. Ni las familias ni las empresas compran bienes y servicios. Y ese hueco tienen que cubrirlo las administraciones públicas. Conviene establecer las diferencias entre cómo planteamos el problema nosotros y cómo lo hace la derecha económica, que plantea que ese hueco se cubra con una disminución de impuestos, entendiendo que esos recursos adicionales se destinarán al consumo. [...] No son las respuestas adecuadas. Estamos en un momento en el que existe en la sociedad española una profunda aversión al riesgo, una gran propensión al ahorro. Ese dinero, esa reducción de impuestos, no sería destinado al consumo".
Pero no sólo anilizó la situación, sino que despejó, dejo clara, la respuesta de los socialistas ante la crisis. Como él mismo señaló los que nos vamos a responsabilizar de esta crisis, los que tenemos que darle respuestas contundentes, somos nosotros, los socialistas. Con sus propias palabras: "Nosotros proponemos otra cosa, también conocida, la intervención directa del estado a través de métodos keynesianos de inversión pública, en infraestructuras. Y otras inversiones que vayan transformando la estructura económica, en ciencia, en banda ancha, en televisión digital… Hablamos de un keynesianismo clásico y de otro verde, que tenga que ver con las inversiones en energías renovables... [...] por tanto, desde el punto de vista ideológico y desde el práctico para afrontar la situación, las medidas del PSOE son más correctas, más eficaces que las que plantea la derecha económica y política. Esto tiene problemas, sí. Uno de ellos de eficacia, porque cuando se plantea hacer inversiones, hay que intentar que sean útiles. Y para eso se necesita tiempo. Y tiempo no tenemos. [...] Por eso quiero felicitar a los alcaldes y concejales por el esfuerzo y el rigor que han aplicado para poner en marcha el plan del gobierno de España a través de las inversiones en los ayuntamientos.Hay más problemas, porque de esta crisis no se va a salir sin que determinados sectores sean reconvertidos. [...] A la gente hay que decirle que el Gobierno no está yendo al rescate de los bancos porque sean los bancos, sino para ayudar a los ciudadanos. Y a los bancos hay que transmitirles la idea de que no porque durante todos estos años hubieran otorgado créditos sin ninguna garantía, ahora puedan no conceder apenas crédito con más garantías de las necesarias. En esta situación, los Gobiernos tienen algo de agentes de la circulación, del tráfico económico, para agilizarlo. Sólo se legitiman las muletas públicas si los bancos cumplen su función, que debe ser apoyar el crédito no sólo en situaciones de bonanza.[...]
Pero sobre todo ayer vi en las palabras de Javier ante el Comité realismo, mucho realismo. Nada de debates estériles. Nada de hablar de cosas que no importan realmente a las personas. Una vez más alto y claro: "La situación es complicada y las medidas que se adoptan son para evitar el colapso, y luego habrá que hablar de otras cosas. De qué paradigma económico vamos a tener tras salir de la crisis. No vamos a tener las verdaderas respuestas si no nos hacemos las verdaderas preguntas. La primera es si vamos a salir de la crisis, y la respuesta es sí, sin duda. Lo dice todo el mundo. Pero luego hay otras preguntas: cuándo, cómo y con quién. Cuándo, no lo sé. Y creo sinceramente que nadie lo sabe a ciencia cierta. Cómo, pues no vamos a salir del capitalismo, pero sí tenemos que salir de este capitalismo. Algo se ha terminado, y es el sistema en que hemos vivido estos 25 años. Incluso en fases alcistas hemos tenido crisis, ambiental, del petróleo, alimentarias… Por tanto algo va a cambiar. Se va a salir de una forma en la que no va a ser posible que las finanzas sean el motor de la economía. Tendrá que haber cortafuegos entre la economía financiera y la real. [...] Todo eso tiene que cambiar, y sólo lo puede hacer si se termina la idea de que el gobierno impersonal de los mercados, el gobierno de la economía sobre la política, porque tiene que ser la política la que gobierne la economía. Y la otra cuestión, con quién se sale. De esta situación se sale con alguien que tenga energía, que genere confianza y que tenga liderazgo. [...] Que confíen en nosotros, porque vamos a trabajar con responsabilidad para salir de esta situación".
Ayer, tras la reunión del Comité, me sentí reforzado en mis convicciones. De esta crisis, de este capitalismo, se va a salir. Iremos a un nuevo modelo, no el del apocalipsis, tampoco el que permanece igual. Un modelo económico que se base en la mejora de la vida de las personas. El modelo de los socialistas en un sistema democrático.