Los fantasmas atacan de nuevo. Hoy, 27 de febrero, se debate en el Congreso de los Diputados una iniciativa legislativa popular, promovida por el mal llamado Foro de la Familia, para derogar la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.
La votación de esta surrealista iniciativa contará con el apoyo -como no podía ser de otra forma- del PP. Una vez más este partido nos mostrará su cara más moderada y moderna...
Es una secuencia más de la amenaza de los fantasmas. El Foro de la Familia, cuyo auténtico líder es el ínclito Benigno Blanco -ex Secretario de Estado con Álvarez-Cascos- agrupa a los sectores más extremos de la Derecha y recuperan el espíritu de la Inquisición, en aras a salvaguardar una España ejemplar, pía, dónde sólo haya un modelo de sociedad y de familia... en realidad, quiénes están al frente de esta iniciativa no son hombres y mujeres que viven en el siglo XXI sino que son fastasmas que campan a sus anchas pero que proceden, ni más ni menos, del tiempo de los añorados reyes católicos.
Ahora bien...¡ojo! Que la actividad del Foro no acaba aquí. Quién sabe si intentarán que el siguiente paso sea ante el Tribunal Constitucional, ahora que le han cogido gusto a eso de recusar a magistrados...
Es una pena que el Foro de la Familia no sea un foro que de verdad apueste por ésta. Tan familia es un matrimonio heterosexual como otra formada por dos personas del mismo sexo que se quieren... Mientras hay una España que mira al futuro y está dispuesta a ser ejemplo, dando derechos a quiénes no tenían, hay otra, la de los fantasmas, que proviene del siglo XV y que quiere imponernos a todos un modelo de vida y de sociedad. Y yo, me resisto a eso.
A mí lo que me importa -y creo que ése es el campo de la Política- es hacer que cada día las personas puedan -podamos- ser más felices. Y por eso, cuando se promueven políticas como ha hecho Zapatero, que priman la felicidad de las personas por encima de las arcaicas concepciones morales, me hace que me sienta tremendamente orgulloso del Partido en el que milito y de mi país, como ejemplo ante todo el mundo.
Ahora, la amenaza de los fantasmas, las huestes de Benigno Blanco, hacen que me plantee, una vez más, que lo más difícil no es conquistar nuevos derechos y promover avances, sino hacer que éstos se consoliden y lo sean para siempre.