1.1.11

Tito y Lala


Ayer, 31 de diciembre, nos juntamos la familia en casa de mis abuelos Tito y Lala, en la barriada de Fontoria Nueva, para despedir el año. Lo hemos hecho numerosas veces. Lo seguiremos haciendo en el futuro... El estar juntos hizo que volvieran a mí recuerdos que me traían esa misma imagen de años atrás. La misma casa -con cambios de decoración-, las mismas caras -con menos años- y los mismos rituales. La cena compartida, los brindis, las uvas, todo forma parte de esos recuerdos. Pero presidiéndolos, siempre, la presencia de los patriarcas, de mis güelitos Tito y Lala.

Para quién no lo sepa yo nací y me crié en esa casa. En ella viví con mis abuelos veinte largos años de mi vida. Es el día de hoy que sigo yendo a comer diariamente a casa de mis abuelos. Siempre digo que para mí mis güelos son mucho más que eso, son unos padres complementarios a los que tengo. Y de tener estos güelos, de habernos criado mis hermanos y yo con ellos, me siento tremendamente orgulloso.

Lala es el carácter por naturaleza. Mujer fuerte, de valores firmes, entregada siempre a su familia. Lo está ahora pero lo estuvo siempre. Cuando era joven, casi una niña, la trasladaban en su familia de casa a casa para que atendiera y ayudara a las madres recién dadas a luz. Ya entonces se entregaba a los demás... Es la dedicación a los demás personificada. De ella dicen que he heredado el apego al trabajo, el valor de la responsabilidad, el exigirme siempre rendir al máximo... Pero Lala, por encima de todo, es una mujer buena, con unos ojos verdes preciosos que nunca he descubierto en nadie más.

Tito es la alegría de nuestra familia. Yo siempre digo que mi güelu siempre ha sido, esencialmente, un hombre feliz. Tengo pocos recuerdos de mi abuelo triste, quizás los únicos cuando le dan sustos su Sporting del alma o el partido político en el que siempre ha creído y milita, el PSOE. Mi abuelo es el hombre sociable, el que cuenta anécdotas, el que hace bromas o se ríe y le encanta que se rían. Con un sentido del humor a prueba de bombas. Es al que le gusta tomar su pinta de vino con sus amigos y tertuliar. Al que le gusta hablar con la gente por la calle y darles su particular remedio contra el tabaco: sus inseparables caramelos. Acompañado en los últimos años de su boina o gorra -depende la estación- y de su cayau... De él dicen que he heredado mi sentido del humor y mi sociabilidad, mi forma de tratar con la gente.

La verdad es que he tenido suerte al tener esta familia y, particularmente, al tener estos abuelos. Suerte que comparto con mis hermanos y mis primos que recuerdan -recordamos- con especial alegría aquellos domingos en los que nos juntábamos todos en casa de Tito y Lala para compatir mesa y tarde. Esos míticos domingos, tan tradicionales en nuestra familia, siempre están presentes en mis recuerdos. Nunca entenderé como cogíamos todos en aquella casa: mis abuelos, mis padres, mis tíos Roberto y Marifé. Mis primos Igor y Saray, mis hermanos Pablo y Borja. Yo. Todos juntos dábamos vida a aquellos domingos en el que era, por excelencia, el día de nuestra familia.

Hoy, 1 de enero de 2011, me apetece comenzar el año de esta forma: recordando. Dejando que mi memoria y mis vivencias vengan aquí. Soy lo que soy porque he tenido la suerte de encontrar en mi camino a esta familia y, como no, por haber sido críado en la casa de estas dos personas, de mis abuelos Tito y Lala, que son parte inseparable de mi vida y también de mi destino. Para ellos, siempre, mi cariño.

5 comentarios:

Anukina dijo...

Y que me dices de esa fabrica de caramelos que mantien tu güelu, porque siempre tien un caramelín pa danos, cuando jugaba el campeonato de tute dabame uno y taba convenciu que era el mi talismán, hasta cuando Marce y yo quedamos los últimos ajajaj. Yo tampoco tengo un recuerdu de tu güelu con un mal gestu ni con cara triste, ye la alegria de la Casa del Pueblu tempranín, y esa bisera que y trajo Pablo de los cascos azules de Libano que!!...un paisanu entrañable, una gran persona...ESI TITO!!!!

Andrea Casas Freire dijo...

Que bonito lo que contaste Adrián... pues eso es lo que te deseo para 2011... un "montón" d cosas bonitas para contar, y compartir.
Un saludo!

SYLVIE dijo...

Esi paisanin de quien hables, primin... aquel Tito, ye tambien mi padrin querido ! Aquel que habla fuerte y dice las verdades de la vida, aquel que bebe sidra y come caramelos de Francia handando por los chigres de Llaviana, aquel que canta asturianaes por los montes... aquel ye mi Tito querido !

Y tu guela tan quieta, tan calma y posada, la que espera a los nenus pa darlos de comer o de cenar un cachu de tortilla fecha con chorizu... pues aquella ye la mi madrina !

Y me faltan mucho los dos.

Asi que aprobecha Adrian, aprobecha de tenerlos al lado de ti, el tiempo corre demasiado rapido !!

Besazos Primin !!

Anónimo dijo...

Feliz Año 2011, Adrian y no cambies...
Que bien verte tan unido a tus abuelos. Esos lo hacen las raíces mineras. Que bien describes a Lala, siempre ha sido una mujer muy buena, yo la conocí hace muchos años y siempre fue así.
Un abrazo.
Covi Carcedo

Anónimo dijo...

Adrian, en estos momentos de tristeza por la muerte de tu querido abuelo, te envio mi sentido pésame.
Un fuerte abrazo para toda la familia y muy especial para tu abuela Lala.
Covi Carcedo