22.8.08

el dolor del dolor

Han pasado las horas y sigue, no obstante, sin haber nada claro. Sólo es nítido el dolor del dolor. El ver en directo -vivimos en la sociedad de la información- sentir en directo y vivir en directo el dolor de las víctimas del terrible accidente de avión en Barajas y de sus familiares y amigos.

Cuando sucedió venía de Oviedo, de compartir mesa con buenos amigos de los tiempos de la Facultad. Cuando me llamaron para darme la noticia me quedé de piedra: 50 muertos, pronto 100, 140, hasta llegar a los -parece- 153...

Pensé en la soledad de las víctimas en sus últimos momentos. En el miedo de los últimos instantes. En el terrible sufrimiento de sus familias y amigos. Unos, en Barajas, los habían despedido con un abrazo y un beso, con un "hasta pronto". Otros, en Canarias, esperando a los que ya nunca llegarían. Ese dolor, el de la espera, reproduce lo que yo llamo el dolor del dolor. El terrible dolor de la incertidumbre.

En momentos así todos pensamos en nuestros seres queridos. Yo también lo hice. Pensé en aquellas personas que más quieres, que hace poco que viajaron en avión y en la enorme tristeza que sería afrontar la vida sin ellos. Como ahora les tocará hacer a tantas y tantas personas de este país. Familias enteras rotas, desaparecidas. Niños sin padres o padres sin niños. Abuelas que esperan a sus nietos sin darse cuenta que nunca aterrizarán. Novios y novias, que desean compartir unos abrazos y que ya nunca los volverán a sentir, más que en sus pesadillas...

Cuando suceden hechos así pienso en la brevedad de la vida. En que todo pasa y termina cuando menos te lo esperas. Piensas en las cosas que te amargan, en las discusiones con las personas que quieres con toda tu alma o en no aprovechar más el tiempo con tu familia y tus amigos de verdad. Pienso que sinceramente hay que vivir con más intensidad los momentos que sí merecen la pena y despreciar a todo aquello -y aquellos- que no te aporta nada bueno en tu vida.

Sé que durante mucho tiempo, cuando me toque subirme a un avión, recordaré el dolor de los que estuvieron y ya no están y de todos aquellos que se sienten hoy un poco más solos al saber que les faltan sus seres queridos, de los que se despidieron con una sonrisa y con un "hasta pronto" y que por obra y gracia de este terrible accidente se ha transformado en un "hasta siempre".

Descansen en paz.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Muches veces no comparto la tu opinión sobre temas locales o nacionales, pero esta vez tengo que decite que me gustó mucho leer esti comentariu tuyu de " El dolor del dolor ". Y gustome porque está llenu de humanidad y de sentimientu y creo que, por encima de cuestiones politiques o de otru tipo, la esperanza de esti mundo reside ahí, en la humanidad y en los sentimientos de les persones. Estoy en cádiz de vacaciones y la verdad ye que ayer pasé un mal día viendo como los medios nos acercaben a una tragedia muy grande (otru dolor ye que algunos de ellos traten esto con el morbo de costumbre) y que nos llega muy adentro. Por razones de trabajo, los ultimos seis años estuve volando una semana sí y otra también y nunca tuve miedo de nada. Pienso que ye el mediu mas seguru del mundo pero cuando hay un accidente les víctimes son muches. Ayer incluso miré la lista de arriba a abajo para ver si había algún amigu o conocidu y, gracies a Dios, pude respirar tranquilu, dentro de lo que cabe. Cuando salí a pasear, a eso de las ocho de la tarde, por la bahía de cádiz y vi la alegría de la gente en la playa, de los guajes, el bulliciu de gente alegre y dicharachera, pensé que solo yo parecía estar apesadumbrau por la tragedia y enseguida me di cuenta que era injusto lo que pensaba. A pesar de todo, la vida sigue y eso ye incuestionable, ye una realidad que está ahí y que tenemos que tener muy presente. Pensé en los cientos de persones que moririen ayer y hoy y mañana y pasao en españa y en tol mundo y que parez que no nos afligimos por ello y sí por una tragedia aérea como la de barajas. En fin, que hasta me costó conciliar el sueñu con todes estes cuestiones y que me alegré de estar apenau y sin ganes de muches coses ayer po la tarde. No sé si soy mejor o peor que otros y al final acordeme de lo que me dijo un paisano en el cementeriu de la pola haz años, cuando el mi coche estorbaba el pasu y no podien pasar los sus caballos, yo dije que no se pusiese así que estaba enterrando al padre de un amigu, y siempre recuerdo lo que me contestó: Chavalín, la vida ye así, cuando unos lloren otros rien. Nunca jamás se me olvidó y creo que no se me olvidará. En fin, un saludu pa todos y que tengais un día acojonante pal descenso. Como decimos en la pola, si llueve, que llueva...

J. Luis moran

Daniel dijo...

Terrible lo de Barajas,parece imposible que suceda una cosa asi.Barbon saluda de mi parte al Alcalde,que siga trabajando con honradez y seridad.Siempre pensando en los ciudadanos.Daniel Gutierrez

El Conde de Pielgos dijo...

Descansen en paz. Es terrible cuando muere tanta gente inocente.

Anónimo dijo...

Que descansen en paz

Anónimo dijo...

Yo me sumo a estas emotivas palabras