Han caído en mis manos diferentes encuestas que valoran la imagen que de los políticos tienen los ciudadanos. Los resultados son, sencillamente, rotundos. Existe desconfianza, mucha desconfianza, hacia los políticos. Las palabras de éstos tienen muchas veces menos valor, de cara a un importante sector ciudadano, que la de los charlatanes de feria. La gente no confía. Los Partidos pierden consideración de cara a valorar su utilidad para la sociedad en la que vivimos. La gente, en fin, no cree en lo que hacemos. No cree en la Política...
¿Pero es verdad esto? Y si lo es, ¿qué hacer?
Es cierto que los datos son claros. Pero también es cierto que existe una confusión en este campo. Entiendo que la gente dude de los políticos. Pero no puedo compartir que la gente dude de la Política, así, con mayúsculas. Que dude del arte de la Política. Porque la Política en esta vida lo es todo. Todos, al final, estamos influidos por ella y participamos de los resultados de la misma. Por eso el no creer en ella, sin más, sería un suicidio.
Ahora comparto que los políticos -yo soy político- generamos rechazo. El qué hacer para mí se resume en pocas palabras -que, además, se deben transformar en hechos-. Por un lado cumplir siempre con lo que se promete. Por eso, prometer sólo lo que de verdad se va a poder cumplir. Lo segundo, ser políticos que escuchen mucho a la gente, que comprendan que la ciudadanía tiene todo el derecho del mundo a enfadarse y que además muchas veces tendrán razón. Y la tercera cuestión, hacer todos un ejercicio colectivo. Entender que existen políticos nefastos -Marbella se ha llevado por ahora la palma de la corrupción- pero que también existen muchísimos políticos que son ejemplo de compromiso y de buen hacer. Y que su ejemplo nos debe servir a todos los que participamos en esta noble tarea para hacer mejor las cosas y sobre todo para contribuir a que la ciudadanía recupere la credibilidad en los políticos y en las instituciones.
Así pues, esta es la noble tarea a la que llamo a todos a colaborar. Porque sólo haciendo así las cosas estaremos contribuyendo a construir una sociedad mucho mejor.
¿Pero es verdad esto? Y si lo es, ¿qué hacer?
Es cierto que los datos son claros. Pero también es cierto que existe una confusión en este campo. Entiendo que la gente dude de los políticos. Pero no puedo compartir que la gente dude de la Política, así, con mayúsculas. Que dude del arte de la Política. Porque la Política en esta vida lo es todo. Todos, al final, estamos influidos por ella y participamos de los resultados de la misma. Por eso el no creer en ella, sin más, sería un suicidio.
Ahora comparto que los políticos -yo soy político- generamos rechazo. El qué hacer para mí se resume en pocas palabras -que, además, se deben transformar en hechos-. Por un lado cumplir siempre con lo que se promete. Por eso, prometer sólo lo que de verdad se va a poder cumplir. Lo segundo, ser políticos que escuchen mucho a la gente, que comprendan que la ciudadanía tiene todo el derecho del mundo a enfadarse y que además muchas veces tendrán razón. Y la tercera cuestión, hacer todos un ejercicio colectivo. Entender que existen políticos nefastos -Marbella se ha llevado por ahora la palma de la corrupción- pero que también existen muchísimos políticos que son ejemplo de compromiso y de buen hacer. Y que su ejemplo nos debe servir a todos los que participamos en esta noble tarea para hacer mejor las cosas y sobre todo para contribuir a que la ciudadanía recupere la credibilidad en los políticos y en las instituciones.
Así pues, esta es la noble tarea a la que llamo a todos a colaborar. Porque sólo haciendo así las cosas estaremos contribuyendo a construir una sociedad mucho mejor.
1 comentario:
Hay una postura que impera en la sociedad, el hecho de que un personaje público haga una cosa más, es trascendido por lo menos a 20 personas más, sin embargo, que una persona haga algo bien, no más de 10 personas se enteran. Pues bien, como puedes comprobar, en estos últimos días, el caso de Marbella, sirve para hacer una generalización hacia todos los Ayuntamientos. Esto quiere decir, que se extrapola el caso de Marbella y se impone a los demás, pensando que ocurre lo mismo. Sin embargo, ¿alquien conoce alguna inciativa exitosa que haya sido extrapolada al resto de Ayuntamientos con tanta repercusión mediática?
El hecho de creer o no creer en la política radica en la desconfianza que es generada por parte de cierto sector y las generalizaciones que se hacen a partir de ahi.
Publicar un comentario